jueves, 22 de septiembre de 2016

Reportaje: Cata de los nuevos tintos de Viñas del Cabriel



En varias  ocasiones os hemos hablado de los Vinos de Bodegas Viñas del Cabriel, de La Pesquera, en Cuenca, y de su altísima calidad, su proyección y sus altísimas puntuaciones en VINISIMO. Esta bodega ya no es ninguna desconocida para los miles de seguidores de VINISIMO, al habernos dado a conocer  sus siempre exitosos vinos, hechos desde un concepto de vino de autor y de mimo al producto, que son su seña de identidad. 

Hoy quiero presentaros la cata de los nuevos vinos de esta Bodega, que sustituyen a añadas anteriores, y que aportan unos nuevos matices y una vocación clara de seguir avanzando en la búsqueda de la excelencia



Renovatium crianza 2012

Por un lado tenemos el Renovatium crianza 2012.  Se trata de un vino criado en madera; formado por un coupage de las variedades Syrah y Tempranillo, que tan bien se trabajan en esta bodega.
 
Ha sido criado durante 10 meses en barricas de roble, con su posterior período de redondeo en botella. 

Pasando a los aspectos subjetivos de la cata; a la vista, es de color cereza, con destellos amoratados. 

En nariz es muy completo y agradable; intenso, y con variedad de toques especiados. Aroma elegante; y clara percepción, a tiempo, de la base frutal y floral que lo caracterizan.  

En boca es un vino potente y equilibrado, untuoso, y con una evidente carnosidad. Su pase es recio, y descubrimos en él  una perfecta integración entre fruta y  madera. 

Tiene un largo recorrido; y envuelve el paladar de forma persistente, pero agradable. 

En resumen: un vino sencillo de tomar, pero muy completo, al que hemos otorgado 96 puntos VINISIMO, nada más y nada menos. Un grande entre los grandes. 




Renovatium El principio de todo 2014



Por otro lado hemos podido disfrutar de la cata del tinto Renovatium "El principio de todo", de la añada 2014. Un roble, joven; que combina las variedades Bobal y Tempranillo, y que ha pasado dos meses por la barrica; asumiendo ese cuerpo justo necesario para configurarse como un vino completo, sin perder su frescura y jovialidad. Se ha seguido la tendencia de añadas anteriores de sus predecesores, en cuanto a la combinación de una marcada personalidad con un carácter, pues, ligeramente frutal.

A destacar de su cata, pues, el claro color picota que nos regala, con un brillo intenso y jovial, y una clarísima elegancia visual. 

Al olfato, vence. Es muy expresivo; con levísimos toques tostados, y una amalgama de sensaciones frescas y marinas. Incluso podríamos hablar de una ligera evocación a chocolate, según fases.  

En boca es agradable, carnoso, juvenil y untuoso a la vez. Invita a una continua ingesta, y no defrauda en ninguna de su fases. La fruta no se pierde; ni el sentido de "buen vino", en toda su extensión. Agradaría quizá un poco más de prolongación en el post-gusto, pero su recorrido es más que adecuado. Una joya de joven barrica, con 94 puntos VINISIMO, consiguiendo otro galardón de "grande entre los grandes"

Así pues, Juan Alberto y Txema lo han vuelto a hacer. Acaban de colocarnos, como quien no quiere la cosa, dos nuevos grandes entre los grandes, con una estupendísima relación calidad-precio; y como quien dijera, "sin despeinarse". Aunque el que entienda algo de esto sabrá apreciar el buen hacer y trabajo que hay detrás de estos caldos.

Una vez más, ¡enhorabuena!


Vicente Montesinos
VINISIMO 





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